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Cristina García Rodero presenta su nuevo libro antológico ‘Ser fotógrafa, un regalo de la vida’

El 20 de noviembre de 2023 a las 19.30 horas la fotógrafa Cristina García Rodero presenta su nuevo libro ‘Ser fotógrafa, un regalo de la vida‘ en El Corte Inglés de Callao. Cristina García Rodero ofrece en 155 fotografías un recorrido magistral por su obra gráfica durante los 50 años que lleva dedicada a este arte. Además, Cristina García Rodero escribe en un primer capítulo el recorrido de su vocación de fotógrafa y sus experiencias más significativas. Al terminar de leer y disfrutar este libro los lectores comprenderán su frase: “¡Qué felicidad ser capaz de fotografiar momentos únicos, mágicos!”

Nuevo libro de Cristina García Rodero

El libro ‘Ser fotógrafa, un regalo de la vida’ de Cristina Garcia Rodero (ISBN 978-84-126947-5-8) editado por FotoRuta tiene 176 páginas, un tamaño de 220 x 280 centímetros y un peso de 600 gramos.

Índice del libro:

  • Ser fotógrafa, un regalo de la vida
  • Lalibela, un lugar cerca del cielo
  • Haití
  • Día de Muertos, México
  • Baracoa, Cuba
  • La India, Tierra de sueños y la Fundación Vicente Ferrer
  • El Kumbh Mela
  • El Holi, celebración del amor y la primavera.

Elegir una foto entre mil

En el libro de FotoRuta, Cristina García Rodero revela la importancia de elegir una foto entre muchas en su proceso creativo. Su deseo de compartir la esencia de España a través de las fiestas la llevó a una colección de 230,000 imágenes.

«Decir sí a una y no a 999 fue un reto. Cada foto contenía recuerdos y emociones, pero al final, seleccionaron 126 para contar una historia única».

Qué felicidad ser capaz de fotografiar momentos únicos, a veces mágicos

«Comencé a descubrir nuestro país al mismo tiempo que mi vocación de fotógrafa. De este modo pude dejar un testimonio de una España que cambiaría mucho en apenas unos decenios. Todo ello me daba fuerzas e ilusión; además, me sentía útil en el contacto con las personas que encontraba delante de mí cámara. En los años 70 viajé por toda España en un 600 de tercera mano. Recuerdo que mi madre me despidió como si me marchara a la guerra».

Ver vídeo promocional del libro

 

El editor Javier de Juan y Peñalosa habla de Cristina García Rodero

Javier de Juan y Peñalosa, editor con experiencia en el sector del libro desde 1972, dedica estas palabras a la experiencia vivida con la protagonista del libro durante la edición del mismo:

«He tenido el privilegio, que agradezco, de trabajar junto a Cristina Garcia Rodero y su equipo durante muchas horas para editar esta obra que ahora presentamos.

Ante muchas de sus páginas comprendo la frase en la que escribe: ¡Qué felicidad ser capaz de fotografiar momentos únicos, mágicos!» Y viendo otras imágenes, esta idea: *Fotografiar es abrir tu mirada y tu corazón y detener por unos instantes la vida para después compartirla».

Su autora se ha dedicado al mundo de la fotografía durante más de 50 años. Comenzó siendo testigo de la España oculta, título de su primera obra, en la que reflejó las tradiciones de un país que tanto cambiaría y que, gracias a su obra gráfica, ahora es posible recordar, conocer y disfrutar. Además, ofrece en una primera parte, y con su estilo personal, un recorrido de su vocación de fotógrafa y se detiene para describir algunas de las fotografias más significativas.

Cristina afirma que ha tenido la suerte de dedicarse a aquello que más le gustaba, la fotografia. Con esta vocación ha recorrido, además de las fiestas y tradiciones de los pueblos de España, las más variadas culturas de otros países que podremos descubrir en estas páginas, una obra de arte gráfica con la mágica expresividad de Cristiría García Rodero tanto en el blanco y negro de su primera etapa como en el color de sus últimos años.

También encontramos un valioso recorrido, desde Lalibela, un enclave de Etiopía «cerca del cielo», los ritos mágicos del vudú en Haití, la terrible guerra de Georgia, las celebraciones misteriosas de México recordando a sus muertos, hasta la multitudinaria peregrinación del Kumbh Mela o el colorido festival Holi en la India.

Estamos satisfechos por la oportunidad de publicar una síntesis de lo más representativo de su obra en la que se puede valorar el mundo de la fotografía a través de su mirada que se expone en museos como el Reina Sofia de Madrid, el Getty Museum de los Ángeles, el Museo de Bellas Artes de Houston o el dedicado íntegramente a su obra en Puertollano, su ciudad natal. Éste es un libro abierto, porque su autora continúa viajando por el mundo con su cámara. a la vez que atiende a muchos compromisos, organiza exposiciones y trabaja incansable durante varios días en sesiones de diez horas para elegir las fotos de esta edición, junto a unos textos muy personales que resumen su visión del arte de la fotografía y del fondo gráfico de estos años entregados a una pasión: la fotografía, vivida desde la emoción». 

La vocación de Cristina García Rodero

Cristina García Rodero escribe en un primer capítulo el recorrido de su vocación de fotógrafa y sus experiencias más significativas:

«El gran regalo que la vida me ha dado es poder trabajar en aquello que me apasiona. Fotografiar es para mi la voluntad de querer ver, contar, abrir tu mirada y tu corazón y detener por unos instantes la vida para después compartirla, buscando temas que me interesaran o me inquietaran, que supusieran para mi una investigación o un reto artístico y personal.

La fotografía ha sido muy generosa conmigo, como yo lo he sido con ella, y me ha dado la oportunidad de conocer a gente de todo el mundo y también a mí misma, mezclarme y sentirme con ellos, experimentar la soledad y las dificultades y formarme como creadora y persona; si no amas de verdad lo que estás haciendo no tendrás las fuerzas suficientes para continuar y abandonarás. Yo no lo concibo. Por eso el trabajo cada día me ha hecho más fuerte Mi relación con el arte y especialmente mi vocación por la pintura comienza desde niña.

Recuerdo a mis padres comprándome lápices de colores y cuadernos para dibujar y pintar, libros sobre danza y arte, llevándome al Gran Teatro de Puertollano a ver los festivales de danza española que cada año venían de gira, para potenciar esa parte de sensibilidad que veían en mí. En la fotografía comencé a los 11 años con algo tan cotidiano y familiar como ver la cara de felicidad de mi padre cuando nos fotografiaba en vacaciones. Me parecía mágico que de aquella pequeña caja salieran nuestras propias imágenes en los momentos más bonitos. Mis primeras fotos fueron mis hermanos vestidos de indios comanches.

Mi primera cámara la compré con 16 años y a los 17 me estrené como fotógrafa con un reportaje sobre una tradición en mi ciudad el día del Santo Voto. En el siglo XIV, una epidemia mató a todos los habitantes excepto a 13 familias y en agradecimiento sacrificaron 13 vacas para dar de comer a los pobres. En la actualidad es una comida para todo el pueblo.

El 68 fue un año de grandes cambios para el mundo Llegué a Madrid con 17 años y entré en la Facultad de Bellas Artes para estudiar pintura en 1968, un año que recuerdo de grandes cambios y manifestaciones en la universidad y en las calles de toda España y del mundo.

Fue importante conocer a 50 compañeros con los mismos intereses, ilusiones e idénticas luchas, y con algunos buenos profesores que me enseñaron lo que en ese momento más amaba, pintar. Fue una etapa de felicidad. Ahora mi vida la llena la fotografía, pero aún me siento pintora. Mi primer profesor de pintura fue Antonio López, un enorme privilegio, un hombre honesto y un gran pintor, que sobre todo me enseñó algo que considero vital: sentir lo que estás haciendo y ser sincero con tu obra. Yo no tenía experiencia previa con la pintura, el me ayudó incluso a poner los colores de la paleta en orden; intentaba quitarme los miedos de la inexperiencia y cuando corregía mi ejercicio y me decía: «está estupendo», me ponía a llorar de emoción y cuando no le gustaba, comentaba, «esto necesita más trabajo». Me ocultaba para que nadie viera mis lágrimas.

Con la fotografía me ocurre lo mismo; en ocasiones me superan las emociones y me oculto detrás de la cámara, pero he aprendido a no perder la sensibilidad y ser fuerte. Al terminar la universidad fui a Florencia en 1973 con una pequeña beca de fotografia que duró 3 meses. Decidí ir allí para seguir aprendiendo, no solamente fotografía, sino continuar formándome en la pintura, ahi estaban los mejores museos del Renacimiento italiano.

La escuela no era lo que yo esperaba y eso hizo que trabajara en la calle, especialmente en las huelgas porque en España eran peligrosas. Allí tuve la oportunidad de conocer el trabajo de otros fotógrafos italianos y la oportunidad de comprar libros de fotografía de todo el mundo, la posibilidad de ver la Bienal de Venecia. También visite una exposición de Diane Arbus, ella me enseñó el poder de la mirada y la capacidad de la fotografía para sacar la personalidad hasta las entrañas. Junto con Irving Penn y Richard Avedon influyó en mí y en mi interés por el retrato. Fue la soledad y la añoranza que sentía por España y el recuerdo por todas las personas queridas la razón para volver la mirada hacia mi país y el deseo de hacer algo sobre él.

La decisiva beca de la Fundación Juan March

Me considero fotógrafa desde el momento en que entré en un laboratorio y fui capaz de hacer todo el proceso. Mis padres me regalaron una ampliadora y a los 21 monté mi laboratorio en la cocina para revelar por las noches. Al mudarnos de casa convertí uno de los cuartos de baños en un laboratorio permanente gracias a la generosidad de mis hermanas, que soportaban los reveladores en la nevera, los rollos de película colgados en el baño, los rodillos y las esmaltadoras por los suelos».

Presentación del nuevo libro de García Rodero

La presentación del libro de García Rodero del 20 de noviembre es una ocasión ideal para conocer de primera mano a esta leyenda viva de la fotografía y para explorar los secretos detrás de sus icónicas imágenes.

Intervendrán en la presentación del nuevo libro de Cristina García Rodero Alberto Mariñas, Juan Manuel Varela y Publio Lóper Mondéjar.

Biografía de Cristina García Rodero

En Jardín Remoto, el Metaverso de la Fotografía, hemos redactado la biografía de Cristina García Rodero y las claves de su obra. 

Cristina García Rodero (1949-) es la fotógrafa del folclore y los festivales tradicionales de la España del siglo XX. Uno de los máximos exponentes del documentalismo español y Premio Nacional de Fotografía en 1992.

La obra de Cristina García Rodero manifiesta un hondo interés por el comportamiento humano y las dualidades y contradicciones de la existencia: religioso-pagano, natural-sobrenatural, vida-muerte, placer-dolor, guerra-paz…

Su mirada indaga sobre las tradiciones y ritos que han sobrevivido durante siglos y las nuevas creencias y manifestaciones, fruto de los cambios económicos y políticos, de las necesidades actuales y los conflictos sociales.

Para el profesor Antonio Molina Cardenal, “representa la cumbre del reportaje español” de las décadas de los 80 y 90 y “el pedigrí de las fiestas populares sin aditivos, ni colorantes”.

Además, para Molina, otro elemento a tener en cuenta “es el humor y la ironía, lo cual es poco habitual en otros fotógrafos obsesionados con la España negra y profunda”.

Rodero es además la primera fotógrafa española miembro de la prestigiosa agencia Magnum. Es la cuarta fotógrafa del mundo en conseguirlo -las otras tres son Martine Franck, Lise Sarfati y Susan Meiselas-…

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